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Acabaré con el reloj que está en la pared colgando si no arruino la situación y esta mente insana. Vacío cada botella, es corazón no me irrita, pero tengo la compleja sensación de inexistencia. El coro de mi cada ves más tímido oír me grita siempre que levita y evita cargarse de piedras. Al escupir con rabia las cosas son diferentes, me mueve más un escalofrío que toda esta gente. Calla, ven y siente. No te arruines que estás por venir. Un poco más de melodía cambia la cara en pleno marzo, y un poco de sangre fría arruina un abrazo. Caras largas dominan el sistema mientras me vuelvo una jodida copa de cristal y caigo bajo la mesa. No piensas, es cierto, pero quiero menos objetividad, el motor de mis pulmones es el que controla mi habla. Asfixia, asfíxiame o asfíxiate, esto es asfixiante. Pero o muero para no escuchar o mueres por hablarme. ¡PUM! Estallan los cerebros cual palomita, y no ceso de esta vida por quedarme a ver su final. Fino cual arma de fuego que roza tu vida y no descanso, pero creo que el viento trae noticias. 

La vida es un momento de ser, no ser, no sé.  Tan solo sigo patente en un mundo tan impausivo intentando encontrar algún lugar que levante este animo.