Me distraje mirando la ventana. Y allí estaba. Se acerco lentamente, cómodamente. La miré, me miró. Empezó a acercarse cada ves más, y más, y más...despegué. Ya no estaba en esa cafetería, ya no habían personas delante mío, ya no eran las 11:23 de la mañana y ya no tenía ese boli en mis manos...lo tenía ella. No pude parar de escribirla, no pude parar de tocarla, de sentirla. Te juro que no pude...cuando volví en razón, había tocado la campana del cambio de clase...ya eran las 12:00.
Inspiración toca mi puerta.
¿Inspiración?
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